La salud mental es una problemática que nos compete a todos, cada vez más personas se encuentran abrumadas por las circunstancias cotidianas, incluyendo la situación sociopolítica, los desafíos de la salud global, la pérdida de los valores fundamentales, entre otras temáticas. Todo esto sumado a las exigencias propias que cada individuo debe sobrepasar desde sus distintos roles, las situaciones familiares y económicas. Cuando acumulamos todo esto, dan como resultado una situación que termina desbordando la capacidad que cualquier persona pudiera tener para sobrepasarla.
Si además consideramos que estas mismas personas se puedan encontrar bajo un ecosistema laboral donde los valores del respeto y consideración por el prójimo son nulos, con jefes con poco sentido de empatía, metas muy exigentes y ocupando puestos en donde sus fortalezas no se toman en cuentan, pues podemos tener a una persona que puede resultar abrumada debido a las múltiples demandas que recibide.
Un estudio de la Universidad de Queensland en 2020 encontró que las personas que experimentan altos niveles de estrés laboral tienen un riesgo significativamente mayor de suicidio. Además, se reportó que la falta de apoyo social y la insatisfacción laboral son factores contribuyentes. Milner, A., Spittal, M. J., Pirkis, J., & LaMontagne, A. D. (2013). Suicide by occupation: Systematic review and meta-analysis. British Journal of Psychiatry, 203(6),
Pero, ¿qué tal si en las organizaciones lo hacemos diferente?, definitivamente no podemos incidir sobre la situación global que afectan a los individuos de nuestra organización, pero sí podemos influir positivamente en nuestro entorno. ¿Como podemos contribuir para proveer espacios que en lugar de contribuir con al rebosamiento emocional, fomenten el bienestar y el cuidado de nuestros colaboradores?
Las empresas pueden aportar desde muchos espacios que sí dependen de ellas, e identificamos los siguientes:
- Fomentando un entorno que priorice el bienestar de los colaboradores.
- Impulsando la práctica de ejercicio, tanto de forma individual como en equipo, y enfatizando la importancia del cuidado de la salud física y emocional.
- Creando oportunidades para que los colaboradores expresen sus preocupaciones.
- Animando a los colaboradore, especialmente a aquellos que tienen dificultades para desconectarse, a tomarse el tiempo necesario para descansar.
- Considerando las ausencias por motivos médicos no como cargas para el equipo, sino como una responsabilidad de la organización en pro de su gente.
- Respetando los días de descanso programados para el equipo.
- Asegurando que los salarios reflejen el valor del trabajo realizado.
- Evaluando las responsabilidades de cada rol para asegurar una distribución equitativa y sostenible.
Los líderes también pueden hacer una gran diferencia:
- Felicitando públicamente a los miembros de tu equipo cuando realicen un trabajo excepcional.
- Tomando un momento para resaltar las habilidades únicas de cada miembro del equipo, reforzando su valor.
- Apreciando y validando el esfuerzo extra que aportan los colaboradores.
- Evitando el micromanagement, proporcionando autonomía y empoderando a los colaboradores para que tomen decisiones.
- Dando espacio a los miembros del equipo para compartir sus proyectos y logros, reconociendo su contribución y evitando atribuirse los méritos.
- Transmitiendo las expectativas de manera justa y compasiva, evitando replicar comportamientos agresivos e invasivos.
- Reconociendo y cultivando el potencial de cada colaborador, ayudándoles a ver más allá de sus propias limitaciones.
- Escuchando a tu equipo.
Hay muchas acciones que como organizaciones y como lideres se pueden implementar para promover el bienestar de nuestra gente, para que la empresa sea el lugar al que nuestros colaboradores quieran llegar porque se les respeta y se les impulsa a mejorar. Cada una de las personas que hacen vida en la organización puede contribuir a un cambio positivo, siendo mejores líderes y compañeros.