Target Gender Equality es un programa acelerador de la igualdad de género para las empresas privadas participantes del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, que acompaña a las empresas en más de 40 países a establecer y alcanzar objetivos corporativos para la representación y el liderazgo de las mujeres.
Estos objetivos se cumplen a través de análisis de desempeño, talleres de desarrollo de capacidades, aprendizaje entre pares y diálogo de múltiples partes. Según su líder global, Elisabeth Anna Resch, además de que la igualdad se convierte en un desafío en el cumplimiento de los Derechos Humanos y es una obligación de las empresas cerrar las brechas de género, existen varios estudios que indican que los equipos con igualdad de género, y diversos, influyen en una mejor reputación, productividad y toma de decisiones para las organizaciones.
Para unirse a la iniciativa debe haber un compromiso público a través de siete Principios de Empoderamiento de la Mujer (WEPs por sus siglas en inglés) que firman el CEO o el ejecutivo o ejecutiva más alto de la empresa participante; se establecen metas concretas; y se establece un plan concreto de acción. Algunos ejemplos de esas acciones: incluir guarderías para los hijos de las trabajadoras en los lugares de trabajo. También se han presentado casos en el que varias empresas cambian sus políticas o las revisan, para que sus empleados y empleadas participen en juntas de otras empresas u organizaciones, eso ayuda al desarrollo profesional interno y cambia el panorama general para que más mujeres puedan lograr asientos en juntas.
Principios de Empoderamiento de la Mujer (WEPs)
Lanzados en 2010 por ONU Mujeres y el Pacto Mundial de la ONU, los WEPs se basan en las normas internacionales del trabajo y de derechos humanos, y proporcionan un marco holístico para que las empresas promuevan la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en el lugar de trabajo, el mercado y la comunidad, y generen resultados positivos para la sociedad y las empresas. Estos siete Principios son el vehículo principal para la implementación corporativa de la igualdad de género de la Agenda 2030.
- Promover la igualdad de género desde la Alta Dirección.
- Tratar a todos los hombres y mujeres de forma equitativa en el trabajo, respetar y defender
los derechos humanos y la no discriminación.
- Velar por la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores y trabajadoras.
- Promover la educación, la formación y el desarrollo profesional de las mujeres.
- Llevar a cabo prácticas de desarrollo empresarial, cadena de suministro y marketing a favor del empoderamiento de las mujeres.
- Promover la igualdad mediante iniciativas comunitarias y liderando con el ejemplo (cabildeo)
- Evaluar y difundir los progresos realizados a favor de la igualdad de género.
Algunas cifras
- En América Latina hay más del 30% de mujeres en asientos parlamentarios, pero en los niveles más altos solo hay dos jefas de Estado. Es un número bajo en comparación a la cantidad de países.
- Un estudio del año pasado del World Economic Forum identificó un 40% de mujeres en América Latina en posiciones senior, siendo más que el promedio de la Unión Europea.
- Aunque en América Latina hay un porcentaje mayor en posiciones senior, en niveles más altos como CEO, solo el 4% son mujeres y en posiciones de juntas directivas, están ocupados por mujeres solo el 8% de los asientos.
- En todo el mundo, casi 2.400 millones de mujeres en edad de trabajar todavía no tienen los mismos derechos que tienen los hombres.
- La reducción de la brecha de género en empleo podría incrementar el producto interno bruto (PIB) per cápita a largo plazo en un promedio de casi un 20% en todos los países.
4 formas en que las empresas pueden acelerar el avance de la igualdad de género
Impulsar equipos de trabajo igualitarios: garantizar la igualdad de oportunidades sin importar su género, promoviendo capacitaciones y oportunidades de promoción y eliminar brechas salariales.
Escuchar las necesidades y motivaciones de las trabajadoras para diseñar acciones que fomenten su crecimiento profesional y personal.
Reconocer los logros equitativamente sin dar privilegios por el género, y dar el mismo trato a todos los colaboradores.
Reclutar personal con perspectiva de género. Se trata de hacer una selección imparcial, donde el requisito no sea ser hombre o mujer sino la formación, la experiencia y las aptitudes para el trabajo.
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