En un mundo que se presenta colmado de incertidumbre y fragilidad, el reto es crear inteligencia contextual para dar respuestas integrales a la sociedad.
Eran días en que nacía una nueva moneda en un mercado común de intereses en Europa; días donde Google lanzaba su motor de búsqueda, trasformando el mundo de la comunicación y de mejor acceso a la información; otros países, simultáneamente, profundizaban su independencia, como Panamá, que recuperaba su canal de navegación. En lo geopolítico, las demandas sociales insatisfechas en Venezuela, era satisfechas por una propuesta política populista engañosa, pero ilusionante, que tendría y sigue teniendo un importante impacto geopolítico en Centroamérica y su frágil institucionalidad.
Se iniciaba un nuevo siglo repleto de incertidumbre y demandas sociales insatisfechas, mientras, ya muchos estábamos trabajando para promover el impacto de la responsabilidad social corporativa en el bienestar y el equilibrio social, ambiental y económico. En lo personal, muy influenciado por un tema que me apasiono y para el momento, rayaba en lo “exotérico”, me refiero a la adecuada gestión y el “Corporate Governance”.
Estaba convencido que más allá de la necesaria filantropía, más aún en países con profundas asimetrías socioeconómicas, las empresas debían revisar su “gobierno corporativo” y como actor social, había que fijar límites a las actuaciones, ya que no debía sustituir el rol social que correspondía a los gobiernos.
Ante la probada ineficiencia del mundo político, una vez en el gobierno, la sociedad, insatisfecha, exigía a la empresa asumir un protagonismo mayor en la transformación social. Encontrar el balance entre la visión del rol empresarial (intereses del accionista) y el rol institucional (intereses y expectativas de la sociedad), obligaba a una profunda revisión de la gobernanza de la empresa, sus valores, misión/visión y adecuados procesos de alineación estratégica, que hoy simplificamos en la definición que engloba el “propósito empresarial”. Había que reinterpretar el rol de la empresa, frente una indetenible resignificación de la actuación social de la propia empresa, frente a la sociedad y el ciudadano reportero. Mas allá del recalentamiento global, me preocupaba el creciente “recalentamiento social” que genero profundos cambios políticos populistas que engañaron y engañan la ilusión de muchos.
Estos son los años en los que nace esta querida Revista Estrategia y Negocios.
BALANCE DE ROLES
En el marco de la Cumbre de las Américas de 2001, el Gobierno del Canadá ya había avanzado como miembro de un Grupo de Trabajo en la OEA, Organización de los Estados Americanos, sobre Probidad y Ética Cívica, y sostenía que las empresas multinacionales podían realizar una “importante contribución al desarrollo sostenible de los países en los cuales funcionan, creando empleos, ingreso y riqueza, porque las empresas podían efectuar una contribución positiva también al desarrollo social y ambiental”. Esta avanzada visión, proponía lograrlo por medio de medidas voluntarias como “limitar el soborno y la corrupción, resguardar la salud y la seguridad de los trabajadores, proteger el medio ambiente y respetar los derechos humanos”. Texto literal de los acuerdos, hace ya más de 2 décadas y todavía queda un trecho largo para alcanzarlo.
En esos años, fui invitado a formar parte del “Grupo Asesor Externo del Banco Interamericanos de Desarrollo (BID) para la transformación del sector privado”. Nos focalizamos en la trasformación de IIC (Corporación Interamericana de Inversiones) que dio paso al BID Invest, hoy una institución financiera que apoya el desarrollo económico, social y ambiental de la región mediante inversiones en sectores estratégicos. A partir de esta experiencia, me hicieron parte de un proyecto novedoso y muy retador, tras la aprobación de la resolución en la Asamblea General de la OEA que reconocía que hasta la fecha no había surgido una comprensión verdaderamente hemisférica del concepto de responsabilidad social corporativa.
Es así que el Gobierno del Canadá examinó la responsabilidad social corporativa en términos de su contribución al buen gobierno en la región, y exploro la importancia de la transparencia y que se considere una función de liderazgo que podrían asumir las empresas. Tuve la fortuna de acompañar la identificación de los factores que motivaron a las empresas a actuar, identificando los logros de empresas socialmente responsables y los beneficios que el comportamiento socialmente responsable produce para la sociedad en general y la propia empresa.
Esta convicción del rol de la empresa, me llevo años más tarde, a publicar en España, uno de mis libros, a partir de mi tesis doctoral: “De la Responsabilidad Social Empresarial a la Empresa Socialmente Responsable”.
TRANSFORMAR AL SECTOR PRIVADO
La iniciativa de la OEA, me llevo a recorrer toda la región y al entramado empresarial, convencido del rol social que debían asumir, las reflexiones “evangelizadoras” dejaron una profunda y robusta huella en Centroamérica.
Ya había nacido Alianza Empresarial para el Desarrollo (AED) en Costa Rica, promovida por el INCAE, pero otras muchas nacieron del apoyo apoyo de empresarios en cada país, con el apoyo del BID y la OEA, proceso en el que participamos con pasión. Nacieron: CentrarRSE en Guatemala, Fundación Hondureña de Responsabilidad Social (FUNDHARSE); Fundación Empresarial para la Acción Social, (FUNDEMAS) en El Salvador; luego la fusión de dos organizaciones en una, denominada SUMARSE, en Panamá y con los años articulé la integración de EcoRED en la Republica Dominicana. Acompañé el proceso y lo viví documentando historias, allí, en la ruta de la RSE, conocí a Velia Jaramillo, hoy editora general de esta prestigiosa revista (E&N), disfruté su profesionalidad y calidad humana.
Cada reflexión que hacía, con el apoyo siempre de Mafalda, asumía riesgos. Cuestionaba, y todavía lo hago, la falta de transparencia, la necesaria construcción de nuevos estados de consciencia en el mundo de la empresa e instituciones de la sociedad civil, fui testigo de la actuación de lideres corruptos, que pretendían convertirse en “filántropos”, para lavar la “imagen”, y crear una “nueva reputación”. También advertir de ONG’s y otras organizaciones sociales, que aprovechando la ingenuidad de una sociedad necesitada y de políticos oportunistas, disfrazaban de “buena voluntad” lo que diabolizaban ideológicamente contra la empresa, sin reconocer el inmenso y positivo impacto de la inmensa mayoría de lideres que actúan de forma socialmente responsable y simultáneamente cumplen el mandato del negocio frente sus accionistas.
Las investigaciones más recientes del Trust Barometer de Edelman, refleja por varios años que la “empresa”, es la institución que más genera confianza. Algo hemos hecho bien y seguir haciéndolo.
POLARIZACIÓN VS. CONFIANZA
Sentía que sobraba arrogancias y faltaba humildad para comprender los nuevos retos que impone el entorno. Con la capacidad de “inteligencia contextual”, analizaba nuevas realidades que requerían una nueva forma de construir confianza, frente a un mundo polarizado y polarizante. La agenda riesgos 2024 del Foro Económico Mundial (WEF). El primer riesgo de la agenda es “misinformation and disinformation”, por ello no podemos dejar de hacer un trabajo “evangelizador”, que además, la pandemia, hizo aún más retador.
MIS REFLEXIONES PARA E&N
Por ello celebro cada edición de E&N que nos inspira y anima el mejor camino a recorrer. Titulares de portada en estos más de 25 años: “Llegó la hora de la SUPER RSE, respuestas poderosas para enfrentar una crisis sin precedentes”; “RSE: empresas con propósito. En tiempos de Covid-19, el propósito de la RSE en Centroamérica es la trascendencia y sostenibilidad”; “Empresas con proposito, la sostenibilidad en la cancha de los CEO’s y las Juntas Directivas”; “Liderazgo con futuro: Empresas responsables de Centroamérica que avanzan a una agenda integral que abarca lo ambiental, social y la transformación de la gobernanza. Sostenibilidad es la ruta”.
En muchas de estas ediciones tuve la fortuna de compartir con los lectores reflexiones sobre el liderazgo con propósito y recomendaciones a partir de las tendencias sostenibles para Centroamérica. Recuerdo travesuras intelectuales con la complicidad de la revista como el articulo “La RSE llega a los Parlamentos”, una gira latinoamericana, con el apoyo de la OEA, que proponía el rol que las asambleas legislativas tienen en el modelaje de actuaciones socialmente responsables, siendo parte del Consejo Asesor de las Conferencias Iberoamericana de RSE” promovidas por el BID en toda Latinoamérica, y los encuentros con la CAF anticorrupción.
LA NUEVA AGENDA
Estos últimos años he focalizado mis reflexiones y apoyo a E&N en proyectar los impactos de los indicadores de gestión ASG y la polarización ideológica que los envuelve. Son investigaciones que realizamos desde un prestigioso “action tank” europeo, del que forma parte con base en Madrid: Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership, una de ellas “Approaching the Future. Tendencias en reputación y gestión de intangibles”. El informe más reciente de tendencias, refleja que las empresas están asumiendo una evolución necesaria hacia modelos de gestión y liderazgo más comprometidos y responsables que generen confianza en sus grupos de interés.
La reputación corporativa y el riesgo reputacional ocupan el primer puesto en el ranking de importancia, y constituyen el asunto que más crece en recursos e inversión respecto a la edición anterior de este informe (+7,8 puntos) que también publicó E&N. Cada vez es más clara la necesidad de diseñar y ejecutar planes estratégicos para fortalecer la imagen y las relaciones con los grupos de interés. Más de la mitad de las empresas (54,2%) trabajan activamente y dedican recursos a la gestión de su reputación –un porcentaje aún mayor en América Latina (59,5%).
Hoy, invitado a celebrar la profunda influencia de 300 ediciones, en casi 26 años de contenidos de E&N, que dejan huella en el tejido empresarial centroamericano, es evidente que el sociograma cambió para la empresa y sus lideres. No contamos con suficientes relaciones de confianza que aseguren el futuro de nuestra empresa, por lo que una frase de Peter Drucker, de su libro “Managing in Turbulent Times” (1980), está más vigente que nunca: “El mayor peligro en tiempos de incertidumbre no es la incertidumbre misma, sino actuar con la lógica de ayer”. Han transcurrido 300 ediciones y seguimos sin descifrar la realidad que nos rodea, por ello la importancia de un medio como E&N para hacerlo, la condición fundamental es desarrollar una capacidad interior de inteligencia contextual que trascienda lo financiero y los modelos gerenciales de siempre, basada en escuchar las demandas sociales insatisfechas, es decir, aquello que la sociedad espera, pero no recibe, y que hoy es resuelta por el mismo mercado.
En nuestra búsqueda de tendencias que orienten a las empresas hacia nuevos caminos que les permitan planificar procesos de construcción de reputación, abrir oportunidades clave de posicionamiento en la sociedad, y hacer de la confianza una fortaleza, desde el 2023 el equipo de PIZZOLANTE, en alianza con Datos Group y la Revista Estrategia & Negocios, lleva a cabo un esfuerzo de investigación gigante y sin precedentes: se convirtió en el primer estudio de confianza realizado en Centroamérica, titulado “Reputación en Centroamérica: el valor de la Confianza”.
El líder consciente y visionario que aspira a construir una empresa con futuro necesita modelar una cultura de creencias compartidas dentro de su equipo, con claridad de propósito. E&N es un motor de cambio y una fuente inagotable de inspiración. Felicidades por estos 300 ejemplares de colección.