En un entorno empresarial cada vez más interconectado, transparente y exigente, la reputación corporativa ha dejado de ser un intangible para convertirse en un activo estratégico. En este contexto, uno de los recursos más poderosos con los que cuenta una organización son sus colaboradores, quienes, de forma auténtica y voluntaria, al sentirse comprometidos se convierten en la fuerza viva que le da sentido y promueve los valores, la cultura y la propuesta de valor de la empresa dentro y fuera de ella.
Los embajadores internos son esos colaboradores, que sin ocupar cargos directivos o ser parte del equipo de comunicación, creen en la misión de la empresa, se sienten identificados con su cultura y están dispuestos a compartir su experiencia positiva con colegas, clientes y el público en general. Característica que les otorga una influencia orgánica, creíble y profundamente humana.
En PIZZOLANTE hemos acompañados a varios clientes en el desarrollo de este tipo de programas, que se ajustan de acuerdo con el nivel de madurez de la cultura de cada organización, su tamaño y composición. Y lo que hemos visto es que, no importa que tan robusta sean sus sistemas de comunicación interna, la voz de un compañero de trabajo tiene gran valor.
Influencia genuina
Algunos de los beneficios de trabajar con influenciadores naturales es que al ser un liderazgo orgánico atrae la atención y gana la confianza de sus compañeros, es mucho más eficiente y rápido que cualquier otro canal:
- Creíbles: En un mundo donde la confianza en las instituciones está en declive, la voz de los colaboradores se ha convertido en una de las fuentes más confiables de información. De hecho, un estudio de Good Rebels afirma que el 75% de los ciudadanos confía más en los empleados que en cualquier otra fuente de comunicación corporativa.
- Multiplicadores: Los embajadores internos son la figura ideal para reforzar la cultura organizacional desde dentro, actuando como referentes del comportamiento esperado por la organización y por actuar alineados con los valores corporativos.
- Gestores de cambio: En procesos de cambio o durante situaciones de crisis, son los embajadores aliados clave para facilitar el replique de las narrativas institucionales y de mantener la cohesión interna. Según Reputation Crisis, su rol puede incluso mitigar el impacto negativo durante crisis reputacionales al actuar como defensores naturales de la marca.
- Caza talento: Las organizaciones que implementan estrategias efectivas de con sus embajadores mejoran la atracción de talento, gracias a la autenticidad , la cercanía y el testimonio de sus empleados, quienes se convierten en un factor contagiante para quienes buscan un empleo con buen clima laboral.
Empresas como Starbucks han logrado aumentar en un 20% su tasa de retención de empleados al fomentar que sus colaboradores compartan sus experiencias y compromiso con la comunidad.
¿Cómo comenzar un programa de embajadores?
Desde la consultoría reputacional, siempre recomendamos un enfoque estratégico y estructurado que combine el análisis profundo y sincero de la audiencia de colaborabores, la formación y sensibilización del grupo seleccionado (a quienes debe preguntarse si desean participar voluntariamente) y el posterior reconocimiento de su gestión, para mantener la participación y la motivación constante.
Aquí compartimos las 4 tareas fundamentales para comenzar con un programa de embajadores:
- Mapeo de colaboradores: para levantar ese listado de los influenciadores naturales de la empresa es clave utilizar herramientas comprobadas para obtener la opinión genuina de las personas y poder identificar a los empleados con mayor capacidad de influencia informal. En PIZZOLANTE trabajamos en alianza con Datos Group quienes cuentan con la metodología para identificarlos a lo largo de la organización, sin importar su ubicación o cargo.
Una vez identificados se debe consultar sobre su interés en participar, ya que debe ser voluntario para ejercer una influencia orgánica en sus compañeros.
- Formación: una vez identificados, hay que brindarles herramientas de comunicación y liderazgo para que puedan ejercer su rol con mayor impacto, siempre alineados a la cultura empresarial.
- Empoderamiento y visibilidad: Para que la iniciativa se mantenga vigente es necesario crear espacios donde estos embajadores puedan compartir sus historias, participar en eventos corporativos y ser reconocidos por la empresa.
- Escucha activa: la sostenibilidad de este tipo de iniciativas pasa por mantener a los embajadores motivados. Por eso hay que diseñar y planificar la retroalimentación continua y abrir espacios para la co-creación donde ellos puedan compartir ideas y ser tomadas en cuenta.
Está claro que el desarrollo de iniciativas vinculadas a la promoción de embajadores internos va más allá de una moda corporativa o un recurso de endomarketing. Si son atendidos estratégicamente, representan un pilar fundamental de la reputación corporativa. Por tanto, es recomendable invertir en su identificación, desarrollo y reconocimiento para fortalecer la cultura organizacional, proyectar una imagen coherente, humana y confiable, fortaleciendo la reputación corporativa desde adentro.
En un mundo donde las crisis reputacionales están a la orden del día, las voces que más resuenan son las de quienes hacen vida en la empresa y tenerlas como aliadas se convierten en el mejor testimonio de confianza.